Por Luis Miguel León Luna
Tarde de expectativa para el cierre de una edición más de la Feria del Señor de los Milagros. Se lidiaron ejemplares de las ganaderías nacionales de San Pedro, El Olivar, Paiján y La Viña de justa presentación y, en general, de correcto juego para los toreros. Así, acompañados del brillo solar y con algo más de tres cuartas partes de los tendidos ocupados, partieron plaza Sebastián Castella, de blanco y plata, Emilio de Justo, de morado y oro y Andrés Roca Rey, de verde esmeralda y oro, quienes luego del paseíllo, agradecieron en los tercios la acostumbrada ovación de saludo del público.
Tiene clase, pero poca fuerza el primero de la tarde, de San Pedro y por eso Sebastián Castella sólo puede instrumentar algunas verónicas. Dosifica el castigo en varas el francés y pide el cambio de tercio. Ya de muleta, se dobla toreramente por bajo, saliéndose de las tablas y opta correctamente por administrar con paciencia la fuerza del toro. Faena basada fundamentalmente en la mano derecha, con muletazos lentos en los que puede hasta prescindir de los toques por la clase del animal. Hay naturales finales preparando la muerte, tras lo cual deja un pinchazo hondo que hace doblar al astado, pero el puntillero lo levanta y tiene que descabellar, lo que hace con efectividad. Ovación del público que saluda Castella desde el tercio.
Solo algunos lances de tanteo de Castella por la poca codicia del cuarto, de La Viña, en el capote. Bien con los palos José Chacón y brinda al público el torero de Beziers, iniciando su faena con pases por alto que luego engarza con derechazos lentos y ligados. Torea Castella en un enorme nivel por ambos pitones en un trasteo bastante largo y en cercanías, aunque no pareciera terminar de romper el público con la labor del francés. Manoletinas finales y se prepara para la suerte suprema, la cual ejecuta a la perfección, dejando un estoconazo y doblando sin puntilla el animal. Corta las dos orejas del burel con absoluta justicia, abre la puerta grande y conquista el Escapulario de Oro del Señor de los Milagros.
Lances de tanteo de Emilio de Justo al primero de su lote, que es de El Olivar, embistiendo el toro, aunque desentendido del percal del diestro y es finalmente devuelto, saliendo el primer sobrero, de la ganadería de Paiján, al que recibe pegando lances flexionando la rodilla, saliéndose a los medios, que remata con una media. Buen tercio de banderillas de Stephany Rachid y Nilton Canales y deben desmonterarse. Brinda a Roca Rey e inicia su trasteo doblándose toreramente por bajo, saliéndose a los medios y rematando con un trincherazo. Es un trasteo largo por ambos pitones, toreando con mucha clase y destacando nítidamente las tandas por naturales. Estocada algo desprendida y el toro dobla con rapidez, concediéndole el palco una oreja.
Luego recibe al quinto, del hierro de San Pedro, intentando pegar algunos lances de tanteo, pero el toro se desentiende del capote. Bien Darcy Tamayo y Nilton Canales con los palos y decide brindar al público el torero cacereño. Muletazos de tanteo por bajo en el inicio de faena y el toro hace algunos extraños por el pitón derecho. Con paciencia, va exprimiendo lo poco que tiene el astado y logra algunas tandas de derechazos de gran clase, sobre todo cuando lo lleva muy tapado, pues de lo contrario busca las piernas del matador, resultando, por cierto, infumable por el pitón izquierdo. Coloca una gran estocada y el toro dobla sin puntilla, cortando una merecida oreja, que resulta suficiente para lograr la puerta grande.
No hay duda de que Andrés Roca Rey venía a por todas, lo que demostró desde la salida del tercero de la tarde, primero de su lote, de El Olivar. El toro es objeto de algunas protestas por su presentación, pero son acalladas rápidamente por los olés espontáneos a las verónicas de Roca Rey, que son adornadas con variados remates. Dispone el torero nacional sólo un breve puyazo y hay un inmenso quite por chicuelinas y tafalleras que levanta de inmediato al público de sus asientos. Brinda a la concurrencia el peruano e inicia su faena por ayudados por alto y cambiados por la espalda, molinete y el de pecho ante el estallido de los asistentes. Series muy ligadas por derechazos y, con la mano izquierda, aunque el toro gazapea de manera constante, lo somete poderosamente hasta meterlo en la muleta. Faena vibrante de inicio a fin, con un Roca Rey absolutamente dominador de todo, como ya es costumbre suya. Bernadinas ceñidísimas en el final de la faena y cuadra al animal para su muerte. Pinchazo arriba y estocada entera que resulta ser de efecto mortal y se le concede una oreja.
Se emplaza el sexto de la tarde, de San Pedro y luego embiste con brusquedad al capote de Roca Rey. Es picado y, sin embargo, termina siendo cambiado el animal, aparentemente por un defecto en la vista, dando paso a la salida del segundo sobrero, también de San Pedro, que, para mala suerte, se estrella contra uno de los burladeros. Se espera unos instantes para comprobar si el astado logra superar la conmoción derivada del encontronazo, pero se aprecia que está visiblemente mermado de facultades y en ese momento se arma una gran bronca al Juez, pues dispuso la continuación de la lidia cuando pudo perfectamente ordenar que se apuntillara. Empiezan a llover las almohadillas y en ese escenario se tiene que ejecutar el tercio de banderillas, tras lo cual, Roca Rey, visiblemente mortificado, decide con absoluta honradez acercarse al toro para simplemente darle muerte de una gran estocada. Hay algunas palmas de agradecimiento para la primera figura peruana, pero un sector del público le traslada inexplicablemente su ofuscación al torero, que nada tuvo que ver con este penoso incidente, teniendo que pagar por la desacertada decisión de la autoridad.
Termina el festejo y el jurado elegido para el otorgamiento de los trofeos de la Feria del Señor de los Milagros declara como triunfador a Sebastián Castella, quien se hace acreedor de su tercer Escapulario de Oro, mientras que el Escapulario de Plata para el mejor toro de la feria es otorgado a “Lúcumo”, ejemplar jabonero de la ganadería peruana de El Olivar, que fuera lidiado en primer lugar por Joaquín Galdós, en el mano a mano con Roca Rey de la primera corrida.
Finalmente, les presentamos una breve síntesis de los toros lidiados durante el festejo:
N° | NOMBRE | COLOR | PESO | LIDIADOR | GANADERÍA |
263 | “Tocayo” | Castaño | 470 | Sebastián Castella | San Pedro |
228 | “Peronito” | Negro | 484 | Emilio de Justo | El Olivar |
290 | “Aturdido” | Castaño | 491 | Emilio de Justo (bis) | Paiján |
313 | “Forjador” | Mulato Chorreado | 460 | Roca Rey | El Olivar |
276 | “Bélico” | Negro Listón | 455 | Sebastián Castella | La Viña |
389 | “Pequeño” | Negro Listón | 468 | Emilio de Justo | San Pedro |
417 | “Goloso” | Jabonero | 492 | Roca Rey | San Pedro |
311 | “Tinajero” | Castaño Chorreado | 462 | Roca Rey (bis) | San Pedro |