Por: Luis Miguel León
Un torero que rompió todas las estadísticas en la historia de la fiesta y que se mantuvo como primera figura durante toda su dilatada carrera.
La mayor cantidad de toros lidiados, la mayor cantidad de indultos, la mayor cantidad de orejas y rabos, la mayor cantidad de plazas donde ha actuado, la mayor cantidad de alternativas concedidas y la mayor cantidad de absolutamente todo lo que se puede obtener en el toreo. Resulta casi imposible poder siquiera igualar su palmarés.
Tarde templada, aunque sin presencia de brillo solar. Corrida de gran expectativa, pues se despedía de Lima Enrique Ponce, luego de más de tres décadas de que empezara su idilio con Acho. En ese contexto, con algo más de tres cuartos de plaza en los tendidos, se lidiaron toros de la ganadería española de El Pilar, de correcta presentación aunque de juego desigual, partiendo plaza Enrique Ponce, de blanco y oro y Joaquín Galdós, de burdeos y oro.
Luego del paseíllo, el público, puesto en pie, obligó a Enrique Ponce agradecer su acostumbrada ovación de saludo, luego de que Joaquín Galdós tuviera el bonito y torero gesto de no salir al ruedo para acompañarlo sino hasta culminado ese reconocimiento de la afición al diestro valenciano.
Es soso de salida el primero de la tarde y Enrique Ponce intenta fijarlo con el capote, sufriendo incluso una colada por el pitón derecho. Hay un gran puyazo de David de la Barra y, tras ello, se inicia la labor de muleta con toreros doblones por bajo, buscando atemperar la embestida del animal. Poco a poco y gracias a su acostumbrada maestría, logra Ponce algunas series de gran factura por el pitón derecho, que es el más potable, logrando algunos muletazos lentísimos, que emocionan al público. Pinchazo y estocada caída, siendo silenciada la labor del valenciano.
El tercero es también bastante soso y no permite a Ponce mayor lucimiento con el capote. Brinda a Galdós y empieza su labor de muleta por doblones en redondo. El toro carece de fuerza y a pesar de los intentos del diestro, no hay material alguno, así que decide abreviar. Coloca una estocada caída y dobla el ejemplar de El Pilar. Hay silencio para Ponce y pitos para el toro durante el arrastre.
Sale el quinto de la tarde, el que sería el último de Ponce en Acho, con más alegría que los anteriores de su lote y logra verónicas de gran factura rematadas con una preciosa media. Brinda al público su faena y éste lo agradece poniéndose de pie, en un emotivo momento. Precioso inicio de faena del maestro valenciano con la mano derecha, saliéndose a los medios y el público empieza a ilusionarse. Las series de derechazos son de gran despaciosidad y los pases de pecho larguísimos. Por el izquierdo el toro no sirve y, aun así, se las ingenia para instrumentar naturales de inmensa calidad. Larguísimas poncinas en el final de la faena y una última serie de derechazos exprimiendo lo último del toro. Estoconazo y dobla sin puntilla, cortando las dos orejas, que pasea en una emotiva vuelta al ruedo.
Lances de tanteo de Galdós para recibir a su primero, que hace varios extraños por el pitón izquierdo. Brinda a Enrique Ponce con motivo de su despedida e inicia su faena con un par de doblones, que engarza con derechazos para rematar con el de pecho. Rápidamente entiende al toro y las tandas de derechazos son lentísimas, siendo aclamadas por el público. Hay variedad, calidad y vibración en el trasteo y combina los derechazos con molinetes, trincherazos, capeínas y pases de pecho de pitón a rabo. Se deshace de la espada de ayuda e instrumenta una serie más por el pitón de derecho para tomar los aceros. Pinchazo hondo y una estocada entera y en un buen sitio, doblando el toro y, aunque mereció Galdós un trofeo, todo queda en una ovación con saludos tras una leve petición.
Es abanto el cuarto y logra fijarlo Galdós con algunos lances de tanteo, no permitiendo el lucimiento por ser soso. Muy bien en banderillas Santiago de la Rosa, debiendo desmonterarse. Brinda al público el torero nacional y, no pareciendo que hubiera mucha opción con el toro, Galdós logra series de muletazos de gran factura, sobre todo por el pitón derecho. Es una faena destacable por la técnica y la inteligencia del torero, dándole siempre al animal la lidia que pide, pero cuidando de no perder la estética que trata siempre de imprimirle a su toreo. Se arrima y hay péndulos y circulares de frente e invertidos, rematando la serie con un desplante, lanzando muleta y ayuda al albero, emocionando a los tendidos. Pinchazo arriba y tres cuartos de espada en gran sitio y el toro dobla sin puntilla, cortando una merecida oreja.
El sexto echa las manos por delante y presenta una nubosidad en la vista así que es cambiado, saliendo el primer sobrero. Éste se sale suelto, aunque finalmente es parado por Galdós con el capote, en las inmediaciones de la puerta de chiqueros, consiguiendo buenas verónicas que son rematadas con una media. Brinda al público Galdós y empieza su faena doblándose por bajo, en la cercanía de las tablas. Intenta por ambos pitones y el toro tiene un molesto calamocheo, que dificulta la lidia. Hay mucha voluntad, pero no hay material para el lucimiento, pese a lo cual logra algunas series de derechazos. Pinchazo y media estocada en buen sitio, con lo que pasaporta al astado, siendo silenciada la labor del diestro.
Salida en hombros emotiva y apoteósica de Enrique Ponce, quien además fue llevado en volandas por toreros peruanos de distintas generaciones, quienes quisieron rendirle un homenaje el día de su despedida en Acho. Incluso Andrés Roca Rey fue uno de aquellos protagonistas, cargando a su padrino de alternativa durante un tramo de aquella salida en hombros.
Llama poderosamente la atención la deplorable actitud de un sector del público a lo largo de la tarde, aparentemente más preocupado en la definición del campeonato peruano de fútbol que en la corrida. Puede ser común y hasta tolerable algún bocinazo anunciando un gol, pero llegar al extremo de entonar barras de los equipos en plena corrida, no solamente es de un notorio mal gusto, sino que además es una falta de respeto para quienes se juegan la vida en el ruedo, llegando incluso ello a distraer a los toreros, tal y como ocurrió con Joaquín Galdós, cuando se disponía a matar a uno de sus enemigos.
En cuanto a aspectos bastante más agradables, cabe destacar la solvencia que en general vienen mostrando los subalternos nacionales, tanto los de a pie como los de a caballo, resaltando además lo correctamente vestidos que están e incluso su esmero en el uso de los trastos. Por ejemplo, puede resaltarse el precioso capote de brega, hecho de seda, de Ronald Sánchez, el cual es de procedencia mexicana y que demuestra la intención de este querido torero de plata de cuidar hasta el más mínimo de detalle cuando le toca actuar en Acho.
Finalmente, les presentamos una breve síntesis de los toros lidiados durante el festejo:
N° | NOMBRE | COLOR | PESO | LIDIADOR | GANADERÍA |
111 | “Fantasma” | Castaño | 515 | Enrique Ponce | El Pilar |
31 | “Labador” | Negro | 485 | Joaquín Galdós | El Pilar |
62 | “Potrico” | Negro | 531 | Enrique Ponce | El Pilar |
34 | “Meloso” | Castaño | 472 | Joaquín Galdós | El Pilar |
76 | “Sospetillo” | Colorado | 476 | Enrique Ponce | El Pilar |
55 | “Campanero” | Castaño | 481 | Joaquín Galdós | El Pilar |
98 | “Bilanito” (bis) | Colorado | 486 | Joaquín Galdós | El Pilar |
Video resumen de las faenas de los diestros Joaquín Galdós que cortó una oreja y el maestro Enrique Ponce en el toro de su despedida de Acho.
Edición y Post- Producción: Videos e Imágenes Digitales: Manuel Javier González Delgado – “Kchi”