CRÓNICA DE UNA TARDE MUY EXTRAÑA… EL FANDI LESIONADO DEJA EN UN INSULSO MANO A MANO LA SEGUNDA CORRIDA DE ABONO.

Por Luis Miguel León

Los toreros suelen darnos permanentes lecciones de pundonor y de capacidad para sobreponerse a la adversidad, incluso arriesgando su propia vida e integridad al ponerse frente a la cara del toro estando físicamente limitados, con tal de no decepcionar a ese público que los espera cada tarde. Sin embargo, ese invalorable sentido del deber no puede convertirse en irresponsabilidad o inconsciencia, como lamentablemente ocurrió con David Fandila “El Fandi”, quien, dicho con el mayor respeto, debió declinar de esta corrida.

Y esta circunstancia termina dejando un sabor amargo en el ambiente, no sólo porque una corrida de tres matadores terminó convirtiéndose en un mano a mano, en detrimento de los seguidores del propio torero granadino -que seguramente los tiene en nuestro país-, sino porque además quedó la sensación de que ese puesto en nuestra feria pudo perfectamente ser ocupado con absoluto merecimiento por algún torero peruano, como Alfonso de Lima o Juan Carlos Cubas.

Tal circunstancia, sumada a una serie de situaciones que se dieron a lo largo del festejo -incluyendo una inusual y persistente lluvia en pleno mes de noviembre-, enrarecieron visiblemente el desarrollo de la tarde, generando una profunda decepción en el público asistente a nuestra añeja y querida Plaza de Acho.

Bajo la presencia de tan sólo la mitad del aforo de la plaza ocupando los tendidos, nuevamente se inició el festejo con tardanza, haciendo el paseíllo Antonio Ferrera, de teja y oro, David Fandila “El Fandi”, de grosella y oro y Ginés Marín, de corinto y oro, luego de lo cual los toreros agradecen la acostumbrada ovación de saludo del público, aunque sin “El Fandi”, quien ya desde ese momento había pasado a la enfermería para someterse a una infiltración. Se lidiaron ejemplares de las ganaderías nacionales de San Pedro y Santa Rosa de Lima, que, aunque de muy discreta presentación, curiosamente no generaron mayores protestas en el público asistente, siendo su juego bastante pobre, a excepción del primero de la tarde, a nuestro juicio, el mejor toro de la corrida.

Recibe Antonio Ferrera a su primero con dos verónicas sin moverse y ante la poca vivacidad del animal, pega lances de corte antiguo, de bonita factura. Ya de muleta hay pases de tanteo tratando de acoplarse y de a pocos va sometiendo al toro en series de derechazos, cortas y ligadas, de buena factura; sin embargo, no obstante que el toro tiene fijeza y embiste con nobleza por ambos pitones, la faena va perdiendo contundencia cuando empieza a retrasar la muleta y a priorizar el efectismo sobre el toreo profundo. Dos pinchazos de los que sale trompicado y una estocada entera, recibiendo sólo leves palmas de agradecimiento y pasando a la enfermería.

Sale el cuarto y hay buenas verónicas de Ferrera para recibirlo. Bien en banderillas Dennis Castillo y debe desmonterarse para agradecer la ovación del público. Brinda al público el torero balear y tras algunos pases de tanteo lo saca a los medios para torear por derechazos; el toro finalmente busca la querencia y ahí decide torearlo Ferrera por ambos pitones en una faena con más ganas que estética; mata de dos pinchazos y una estocada baja, siendo silenciada su labor.

Parecía más alegre la embestida del sexto al capote de Antonio Ferrera, pero todo queda en la buena voluntad del torero. Ya de muleta, el diestro español trata de sacarlo de las tablas y en los tercios intenta torearlo, pero no encuentra material así que decide abreviar. Estocada entera y efectiva y el toro dobla sin puntilla ante el silencio del respetable.

Recibe por verónicas Ginés Marín a su primer enemigo luego de correrse el turno estando “El Fandi” en la enfermería y los mejores lances son por el pitón izquierdo, el más potable del toro. Corta el viaje en banderillas el animal y hace pasar apuros a los subalternos. Brinda a Joaquín Galdós e inicia su labor con lances de tanteo, sacándolo a los medios. Intenta por derechazos y el toro no acude al engaño con calidad así que intenta por naturales, logrando así los mejores pasajes de la faena. Parecía que todo caería en la inercia, pero logra dos tandas de derechazos, sacando uno a uno los muletazos, despertando al público. Ayudados por alto en el final del trasteo y se perfila para matar, estando desacertado con los aceros, pues pincha en dos ocasiones y luego deja una estocada tendida que no tiene efecto alguno y una media que no mata, descabellando en dos oportunidades, siendo silenciada su labor tras escuchar dos avisos.

Aprieta el tercero a David Fandila “El Fandi” en el recibo de capote y está visiblemente limitado el granadino; intenta luego un primer par de banderillas, pero sale muy maltrecho y pasa a la enfermería, donde, por cierto, también está Ferrera. Ante ello, Ginés Marín se queda solo y pide permiso a la autoridad, pero ésta demora en concederlo y se arma una sonora bronca; se concede finalmente el permiso y brinda al público, pero el toro hace extraños en la muleta y se hace difícil la lidia en el inicio de faena. Termina entendiendo el diestro que el camino correcto es llevarlo muy tapado y ahí consigue algunos buenos muletazos por ambos pitones sin llegar a redondear una gran faena. Estocada contraria que no termina siendo efectiva y descabella con algo de desidia, no logrando despacharlo y escuchando los tres avisos.

El quinto se sale totalmente suelto hasta que Ginés Marín logra pararlo en los tercios, aunque sin lucimiento por las condiciones del toro. Muletazos de tanteo del diestro jerezano para sacarlo a los tercios y, aunque el toro no parecía dar facilidades, va logrando meterlo algo en la muleta, en una faena basada en la mano derecha con un final por trincherazos y pases de la firma. Estocada entera que parecía de rápido efecto, doblando el toro, pero el puntillero lo levanta, teniendo que descabellar finalmente, estando desacertado y siendo entonces silenciada su labor.

Afortunadamente en esta ocasión se corrigieron las condiciones de riego del ruedo frente a lo ocurrido en la primera tarde; sin embargo, una nota desaprobatoria para el personal encargado del manejo de los cabestros, pues haber tenido que esperar prácticamente media hora para la vuelta de un toro a los corrales, en medio de la lluvia, se hizo ciertamente una eternidad.

Finalmente, les presentamos una breve síntesis de los toros lidiados durante el festejo: