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JOSÉ MARÍA MANZANARES CONVERSÓ CON AFICIÓN PERÚ. SUS SENSACIONES ACTUALES, SU CARIÑO POR LIMA Y OTROS DETALLES EN UNA INTERESANTE ENTREVISTA.

Hablar de Acho y Manzanares es remitirnos a alrededor de cincuenta años de una relación muy especial entre un público sensible como el limeño y una familia dedicada con pasión al mundo del toro. Fue primero José María Dols Abellán quien llegó a Acho para meterse en su historia y llevarse a casa cuatros escapularios de oro del Señor de los Milagros y luego, ya entrado el presente siglo, José María Dols Samper, quien, no obstante tendrá seguramente aún como cuenta pendiente conquistar ese tan codiciado trofeo limeño, le ha regalado al público grandes tardes, demostrando sus innegables condiciones y estilo propio y no necesitando para nada recordarnos ser hijo de aquel figurón del toreo de décadas pasadas.

El Manzanares del presente siglo, primera figura del toreo, conversó con Afición Perú y compartió, con la elocuencia que lo caracteriza, sus sensaciones respecto de esta temporada y sobre su trayectoria, hizo recuerdos de su padre y resaltó su vínculo con Lima, entre otros detalles que se sintetizan en este extracto de aquella conversación con el matador alicantino.

Manzanares reflexiona sobre su trayectoria como matador de toros y sus sensaciones en la actualidad: “me siento en paz, después de veintiún años como matador de toros, he pasado por muchísimas cosas; momentos buenos, momentos regulares, momentos malos, muchas lesiones, pero en la actualidad me siento muy en paz, tranquilo, pues gracias a Dios parece ser que los problemas lumbares y cervicales que he tenido han quedado superados, de manera que físicamente me encuentro muy bien y mental y anímicamente también y ésta ha sido una temporada en la que me he encontrado muy bien delante de la cara de los toros y con una visión y un sentido mucho más maduro que el de muchos años atrás”.

El diestro hispano hace un balance de su temporada del presente año: “me siento muy contento, porque he tenido muchas tardes importantes y buenas y ha habido muchos triunfos, pero aún más que los triunfos valoro cómo me siento en la cara de los toros durante todo el año, pues no me ha pesado para nada la temporada y eso gracias a que he podido torearla entera, ya que por distintas lesiones u operaciones ha habido años en los que he tenido que parar, de tal manera que gracias a Dios este año lo he podido echar entero, con ilusión y disfrutando mucho de mi profesión en cada sitio en el que actúo”.

Sobre la relación de su familia con Lima y sus sensaciones para este año en nuestra feria, Manzanares se expresa con especial cariño: “llego bien, muy feliz, porque hace un buen tiempo que no voy a Lima y sin duda es una de mis plazas preferidas y de la familia; para mi padre, en especial, ha sido una de las plazas en las que más a gusto se ha encontrado, por la afición que hay y así me lo transmitió desde pequeñito, aunque luego con el paso del tiempo pude conocerlo yo por mi propia experiencia; entonces, por la afición, la ciudad y la gente sentimos algo especial y, por ello, verme anunciado este año y quedando apenas para actuar allí, me siento muy feliz de volver y ver a los amigos que tengo, tanto de mi padre como míos”.

El torero alicantino dice sentirse siempre muy cómo en nuestra capital: “me encanta Lima, de hecho, mi padre tenía una frase que usaba siempre cuando estaba a gusto en reuniones con amigos o con la familia y decía que, si se perdía, pues había que buscarlo en Lima. Cada vez que voy a Lima, intento que sea un viaje de una semana, pues no me gusta llegar, torear al día siguiente y marcharme, sino llegar unos cuatro días antes y luego quedarme dos o tres días después, porque me encanta Lima y estar allí, la gente que tiene, su comida… por eso guardo un recuerdo muy bonito de cada viaje a Lima, ya sea con amigos, visitando lugares, cosas vividas y entonces mi idea es juntarme con ellos y pasear por la ciudad, ir a comer y así cada año vamos haciendo cosas diferentes; es una energía que valoro mucho y por eso siempre intento cargarme de ella dentro de lo que la responsabilidad y el miedo me lo permite, tratando de disfrutar al máximo”.

De momento Manzanares sólo conoce Lima, pero nos cuenta su ilusión de vivir momentos familiares en nuestra ciudad: “estoy esperando a que mis hijos crezcan un poquito más y así poder estar en Lima con toda la familia, ya sea que vaya a torear o no, pues quiero que la conozcan y sean parte también de todo esto, transmitiéndoles los sentimientos que me transmitió mi padre”.

Es consciente de la responsabilidad que tiene en esta nueva comparecencia en Acho y, en ese sentido, hace énfasis en la importancia del cartel y en sus expectativas respecto del ganado “con Sebastián y Andrés he podido torear mucho este año y los respeto tanto como toreros como compañeros, de tal manera que es un orgullo compartir cartel con ellos. Recuerdo además que mi primer viaje a Lima, hace más o menos veinte años, pude hacerlo en compañía de Sebastián, donde incluso coincidimos en el mismo hotel y aún tengo fotos de aquellos años; en el caso de Andrés, es un inmenso orgullo torear con él en su tierra y verle disfrutar en una plaza especial para nosotros. En cuanto a la ganadería, ojalá que nos permita a cada uno expresar lo que siente como torero, ya que este año ha lidiado corridas que han sido muy buenas y entonces ojalá que los toros puedan dar ese juego y que tanto Sebastián, Andrés como yo podamos disfrutar y transmitir lo que sentimos toreando”.

Finalmente se despide José María Manzanares enviando su cariño a la afición limeña: “les mando un abrazo enorme y en muy poquito y, si Dios quiere, podré estar con todos vosotros; tengo muchas ganas, voy con muchísima ilusión de disfrutaros, de veros, pues son cinco años ya que estoy ausente y por eso tengo muchas ganas de volver”.